El coronel Claus Von Stauffenberg es el personaje más conocido de la oposición interna debido a la tenacidad que mostró y su persistencia en proclamar un golpe de Estado.
Vida y ascenso de Stauffenberg
Nacido en Baviera el 15 de noviembre de 1907, ingresó en el ejército con apenas 18 años. Aunque al principio su familia no se opuso al ascenso del régimen nazi al poder, más adelante se forjaría su repudio en la noche de los cristales rotos, en 1936, donde la crueldad de las SS. frente a la comunidad judía le haría aborrecer y condenar al régimen al cual servía.
En 1937 alcanzó el grado de capitán, siete años después alcanzó el puesto de teniente coronel, trasladándolo a África con la décima división Panzer. En Túnez, en 1943, su vehículo fue sorprendido por un avión militar inglés. En el ataque perdió el ojo izquierdo, la mano derecha y los dedos meñique y anular de la mano izquierda. Durante todo este tiempo, iba acrecentándose la necesidad de sublevarse frente al régimen bajo el cual estaba subordinado, y liberar a Alemania del tirano que tenía en el poder. Iría fraguando su necesidad de pasar a la acción.
Al volver a Berlín y curarse de sus heridas, se puso bajo el mando del general Friedrich Olbricht. Dicho general era miembro del comité de resistencia que estaba perfilando un plan para matar a Hitler.
Apenas un año más tarde fue ascendido, con 36 años de edad a coronel “im Generalstab” (de Estado mayor). Esto le dio acceso a las reuniones del comité de operaciones que Hitler presidía en persona. No ascendió únicamente en el plano oficial, sino que en 1943 había comenzado a liderar la rama militar del círculo de Kreisau, constituida por civiles cuya opinión con respecto al führer era que estaba llevando a la ruina a Alemania y que la derrota frente a los aliados era inminente. Lideraba dicho círculo el conde Helmuth James von Moltke, entre otros.
El Plan de la resistencia
El comité de resistencia tenía planeado eliminar, por medio de Stauffenberg, a Hitler, Himmler y Göring en una reunión donde asistiesen los tres, para así deshacerse del núcleo duro de la doctrina política. Dicha reunión debía llevarse a cabo lejos de Berlín, por eso se estableció que el atentado se daría en la guarida del lobo.
Tras esto, un general desde Berlín debía inculpar a las SS de la agresión y neutralizarlas con el ejército de reserva. Las comunicaciones debían cortarse en distintos puntos del país y de las zonas ocupadas para propiciar la confusión. En las principales ciudades del país, diferentes participantes de la conspiración se encargarían de arrestar a la gestapo y a la policía allí imperante. Con la SS y la gestapo encarceladas y los máximos dirigente de la cúpula nazi asesinados, el círculo Kreisau pensaba organizar un gobierno provisional desde el cual pactar la paz con los aliados.
Los atentados anteriores al 20 de julio de 1944
Antes de llegar Stauffenberg al círculo Kreisau, en marzo de 1943, el Teniente general Tresckow y el teniente Schlabrendorff introdujeron una bomba en el avión en el que viajaba el Führer. Dicha bomba no explotó puesto que fue situada en la zona de mercancías, en el sótano del avión, donde las bajas temperaturas evitaron que estallase.
Justo dos semanas después, otro componente de la oposición de Hitler intentó aniquilarle con una bomba en Berlín, en una exposición de armas. De nuevo, otro atentado frustrado.
Ya bajo la dirección de Stauffenberg en el año 1944 hubo varios atentados más: un colega del coronel, Axel Vom den Busche, quiso realizar un ataque suicida. Tras su fracaso, se quiso repetir dicho golpe, pero Vom den Busche cayó gravemente herido unas semanas antes de la planeada agresión. Los miembros disidentes se exasperaban. No había manera de conseguir asesinar al Führer, los aliados estaban cada vez más cerca y estaban perdiendo la guerra de una forma estrepitosa. Por no hablar de las barbaridades de los campos de concentración, instituciones que anhelaban erradicar cuanto antes.
El 7 de julio de ese mismo año, Stauffenberg creyó que había llegado el momento. La conspiración se preparó en el palacio de Klessheim, cerca de Salzburgo, donde el general Stieff debía detonar una bomba.
El general Stieff se arrepintió en el último momento, dejando pasar una oportunidad irrepetible.
Tal fue la frustración de Stauffenberg que decidió no delegar nunca más en nadie, y que el próximo atentado sería el definitivo. Así pues, llegamos al 20 de julio de 1944
El atentado del 20 de julio de 1944
Claus von Stauffenberg, en calidad de Coronel del Estado mayor, poseía la oportunidad de asistir a las reuniones con
Hitler. Y durante algún tiempo, asistió con el maletín de la bomba a todas las reuniones que se le presentaban, hasta que el 20 de julio vio la oportunidad. Pidió que se le llamase desde Berlín y se requiriese su intervención telefónica, para así tener un pretexto con el que salir de la sala.
Así fue como transcurrieron los eventos, hasta el momento en que el coronel Stauffenberg desapareció. Entonces, uno de los asistentes cercanos a Hitler notó que el maletín le molestaba y lo cambió de sitio, alejándolo del Führer.
Stauffenberg vio cómo estallaba la sala donde había depositado el maletín minutos antes y salió del recinto convencido de su hazaña.
Hitler no fue mortalmente alcanzado por la explosión, apenas tuvo magulladuras en la cara y en el brazo izquierdo.
¿Qué falló?
Fueron varios factores. En un principio, se pensaba que la reunión iba a tener lugar en el sótano, así pues las paredes hubiesen retenido la onda expansiva y todos los presentes hubieran perdido la vida. Sin embargo, el sótano era ocupado esos días por miembros de la Organización Todt, por lo que se instalaron en una nave en la superficie. El día era caluroso, así que se abrieron las ventanas. Éstas dispersaron la onda de expansión de la bomba minimizando notablemente sus efectos. Hitler se hallaba agachado sobre la mesa de roble de la sala justo en el momento en que estallaba el explosivo. Dicha mesa le sirvió de escudo, absorbiendo ella todo el golpe y estallando en mil astillas.
De nuevo, el Führer parecía estar protegido por algún tipo de ser divino. Pero lo peor era, que Stauffenberg ya volaba hacia Berlín, convencido de su éxito, ignorante de la realidad de los hechos.
Muerte y caída de Stauffenberg
Hacia las once de la noche de ese mismo día, el general Fromm, supuesto aliado del círculo de Stauffenberg arrestó a sus colegas en un acto de traición. Se había enterado de que el dictador nacionalsocialista había sobrevivido por ello, y para salvar la vida, decidió adoptar una postura nueva y condenar a sus compañeros.
Él mismo condenó a muerte a la cúpula de la oposición: Stauffenberg, el general Olbricht, el general Beck y otros.
Poco más tarde de las doce de esa noche, dichos disidentes eran fusilados. Pero Fromm no quedó indemne. Su interés en eliminar rápidamente a sus ex-aliados levantó sospechas, hasta que al final el vínculo salió a la luz y fue ejecutado también. Se dice que Stauffenberg murió pronunciando las siguientes palabras: Es lebe das heilige Deustchland!, (¡viva la sagrada Alemania!).
No hay comentarios:
Publicar un comentario