Al traspasar el umbral del recinto se puede observar esta antigua cripta que sorprende con sus paredes y techos decorados con unos 4.000 esqueletos de monjes capuchinos que fueron colocados allí con preciso orden para así dar con un conjunto de diseños más cerca del arte que del azar.
Los difuntos fueron colocados hacia el año 1631, fecha en el que comenzaron las obras de la cripta y la obra finalizó en 1870. Por entonces, la cripta era un lugar al que los monjes bajaban para rezar.
En total hablamos de cinco estancias y cada una de ellas alberga distintos huesos. Así es como tenemos a la “cripta de la resurrección”, la “de las calaveras”, la cripta“de las pelvis”, la de “de las tibias y los fémures” y finalmente la“de los seis esqueletos”. Lo más sorprendente es como a partir de los restos de estos monjes se ha labrado un diseño sin precedentes que forma arcos, cruces, dibujos y formas geométricas.
La parte más sorprendente de esta cripta es el lugar donde se encuentran los cuerpos de los monjes enteros rodeados por calaveras apiladas.
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